Monday, 12 July 2010

"One day men will look back and say I gave birth to the 20th Century", Jack the Ripper, "From Hell".

Una de las muchas diferencias que hemos encontrado entre México e Inglaterra tiene que ver con la muerte en los noticiarios. Mientras en México estamos acostumbrados a que los asesinos se nombren en plural –cárteles, bandas, grupos de…-, con algunas excepciones claro está, en Inglaterra los asesinos tienen nombre, apellido y de vez en cuando hasta apodo. La tierra que vio emerger la oscura pero legendaria figura de Jack the Ripper o Jack “el descuartizador” nos ha sorprendido con un buen número de asesinos seriales que han llegado a la primer plana en los casi cinco meses que llevamos aquí. Primero conocimos del caso de Stephen Griffiths o “the Crossbow cannibal” (el caníbal de la ballesta) a quien se le acusó del asesinato de tres mujeres en Bradford. Como dato curioso se dio a conocer que Griffiths, estudiante de criminología, realizó una investigación profunda sobre el caso de los infames asesinatos de 1888 en el Este de Londres –sí, los de Jack the Ripper-. Poco después, las primeras planas serían llenadas por los denominados “asesinatos de Cumbria”. Derrick Bird, “el asesino de Cumbria”, con rifle y pistola en mano, manejó su Citroen Picasso gris por 45 millas, disparó en 23 ocasiones, mató a 12 personas y terminó el día suicidándose sin dejar explicación alguna. Pero los programas de noticias desgraciadamente no desesperan por encontrar notas de este tipo. Una semana más tarde salió de la cárcel el ahora infame Raoul Moat, horas después disparó en contra de su ex novia, el nuevo novio de la ex novia y un policía. Empezó así una cacería de 7 días que paró de cabeza a la policía de Northumbria y terminó el 10 de julio con Moat pegándose un tiro e la cabeza tras horas de negociación fallida. Esta semana Peter Tobin vuelve a aparecer en las noticias. En la cárcel desde 2004, Tobin fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de tres mujeres; se cree además que es él el asesino serial apodado “Bible John” y en estos días la policía busca de nuevo en el jardín de la que fuera su casa más restos humanos. Un documetal tiulado Jack the Ripper: Tabloid Killer afirmaba que fue TP O’Connor editorialista del periódico The Star quien había realmente acuñado el nombre de Jack the Ripper y quien había inflado la historia hasta crear pánico en el público y por supuesto un mercado para su periódico. En 2006 una encuesta aplicada a 5000 británicos otorgó a Jack the Ripper el título del “Peor Británico” y como el primer asesino serial de esta isla. La cobertura mediática de todos los personajes arriba citados los elevan por unos días al nivel de estrellas, trágicamente, incluso se convierten en héroes para algunos. No obstante y afortunadamente nadie como el “Whitechapel murderer” o “Leather Apron”.

Monday, 5 July 2010

Our trouble is that we drink too much tea. I see in this the slow revenge of the Orient, which has diverted the Yellow River down our throats. ~J.B.

El 4 de julio….mmm, todo comenzó con una taza de té.
El orígen del té como bebida está rodeado de leyendas que involucran o a emperadores chinos o a príncipes hindúes, aunque se afirma con certeza que para el tiempo de la dinastía Tang en China (618-906 DC) el té era ya en esa tierra una bebida “nacional”. En esos años el té se preparaba de forma diferente ya que se molían las hojas para formar un polvo que se comprimía para formar una especie de ladrillo y se dejaba secar, una parte se usaba posteriormente para hacer el té con agua hirviendo.
No es sino cientos de años después, entre los siglos XIV y XVII, que se desarrolla la técnica de preparar el té a partir de hervir hojas curadas. Fue durante este tiempo que los europeos probaron el té por primera vez y por ello este método se volvió popular en Occidente.
Pero la tradición del té en Inglaterra se asocia por un lado a una de sus instituciones históricas más conocidas la East Indian Company y por el otro con la figura de Catalina Enriqueta de Braganza, esposa del rey Carlos II. Se dice que fue Catalina, de origen portugués, quien estableció la moda de beber té entre la corte y la aristocracia. Fue la East Indian Company la que realizó desde entonces las importaciones de té a la Gran Bretaña. Para el siglo XVIII el tomar el té era una actividad popular y bien extendida, aunque el costo era alto debido al monopolio de la EIC, esto llevó a un fuerte contrabando y mercado negro de té, hasta que, para acabar con esta situación, en 1784 el primer ministro William Pitt rebajó tan sustancialmente el impuesto sobre el té que bajó el costo efectivamente para la isla, no así para las colonias americanas. Históricamente el efecto de la Commutation Act de 1784 de Pitt sobre los ingresos de la EIC ha sido ligado al establecimiento del impuesto del té exportado a las Colonias británicas, que encendió los ánimos de los colonos y dio paso a la famosa Boston Tea Party, que se considera como uno de los eventos iniciales de la lucha por la Independencia de las Colonias Norteamericanas.